agujero negro fugitivo gigante

Detectada la estela de un agujero negro gigante

Un candidato a agujero negro supermasivo puede pesar hasta 20 millones de soles y ha provocado un reguero de formación estelar de 200.000 años luz.

¿Qué es invisible, pesa 20 millones de soles y se desplaza por el espacio a más de 1.500 kilómetros por segundo, dejando un largo rastro de estrellas a su paso? Si dijiste «un agujero negro supermasivo que ha escapado de su galaxia anfitriona», probablemente tengas razón.

Al menos esa es la conclusión de un equipo internacional de investigadores que encontró y estudió al candidato fugitivo utilizando algunos de los telescopios más poderosos del mundo. El descubrimiento se detalla en un artículo publicado el 6 de abril en Astrophysical Journal Letters.

Por razones que aún no se comprenden bien, los agujeros negros supermasivos acechan en el núcleo de la mayoría de las galaxias grandes, como nuestra propia Vía Láctea.

A pesar de sus aterradoras dimensiones, estos misteriosos gigantes suelen ser bastante inertes y fáciles de pasar por alto. A menudo solo traicionan su presencia con los fuegos artificiales celestiales que crean mientras tragan inmensos volúmenes de gas y polvo de su galaxia anfitriona.

Todo esto hace que los agujeros negros supermasivos que de alguna manera se han «descontrolado» sean una raza extraña y esquiva. ¿Cómo escapan de su anfitrión galáctico y cómo pueden verse cuando no emiten ninguna luz?

A lo largo de la última década, los astrónomos solo lograron identificar un pequeño número de otros candidatos nómadas que se desplazan oscuramente a través de las profundidades intergalácticas, pero ninguno de ellos, dicen los autores del estudio, es tan convincente como su recién descubierto fugitivo.

Ese agujero negro fue descubierto por casualidad cuando apareció por primera vez como una tenue línea en una observación de cúmulos globulares del Telescopio Espacial Hubble. Estas características suelen ser artefactos de rayos cósmicos que golpean los detectores del Hubble, explica el autor principal del estudio, Pieter van Dokkum, astrónomo de la Universidad de Yale.

Otras observaciones a través del Observatorio W. M. Keck con base en tierra en Mauna Kea en Hawái revelaron, en cambio, que la estela era una corriente de estrellas azules jóvenes que se extendía a lo largo de unos asombrosos 200.000 años luz.

Esa corriente estelar es la evidencia decisiva, dice van Dokkum. Presumiblemente, es una especie de estela cósmica que surgió de una materia prima de gas que el agujero negro que se precipitaba impactó y comprimió en estrellas.

La corriente se remonta como una flecha a una posible galaxia original a unos 7.500 millones de años luz de la Tierra que no muestra signos de albergar un agujero negro gigante en su núcleo.

“Durante mucho tiempo se planteó la hipótesis de que cada galaxia está incrustada en una gran reserva de gas hidrógeno”, dice van Dokkum. “Creemos que estamos viendo el agujero negro iluminando ese gas a medida que se aleja, dándonos una vista poco común de este material escurridizo”.

Más información aquí: Astronomers Spy a Giant Runaway Black Hole’s Starry Wake

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