
10 Jul Mitología griega y constelaciones del verano
Las estrellas siempre han fascinado a la humanidad, que a lo largo de la historia ha buscado entre ellas patrones para representar sus mitos y creencias religiosas sobre la vida y la muerte y también una manera de orientarse y medir el paso del tiempo. La mitología griega ha llevado a las estrellas a héroes y dioses de la Antigua Grecia.
Desde la antigüedad más remota, ya en tiempos de las civilizaciones egipcia, babilónica y mesopotámica hace más de 4.000 años, las constelaciones han tenido una gran importancia para medir el paso de las estaciones, la llegada de las cosechas, la celebración de fiestas o ritos religiosos importantes, y por supuesto la navegación marítima.
Esta tradición milenaria llegó a los griegos, que las incorporaron en sus mitos y costumbres, naciendo la mitología griega y así es como se diseminaron por occidente en su forma actual. Los griegos veían en las constelaciones a sus dioses, semidioses y héroes mitológicos y también a muchas de las bestias contra las que lucharon.
Y gracias a esas figuras celestes, los griegos veían representadas también las acciones de sus personajes míticos en el firmamento, alegorías, historias de amor y celos, de pasiones e infidelidades, de arrogancia y valor.
El legado de la antigüedad
Tal es la importancia del legado de los griegos a este respecto, que de las actuales 88 constelaciones existentes, según la Unión Astronómica Internacional (UAI), 48 fueron ya registradas por el astrónomo griego Ptolomeo durante el siglo II AC.
El nombre de las constelaciones zodiacales proviene de la antigua Mesopotamia, miles de años antes de la llegada de Jesucristo, mientas que los nombres de las constelaciones circumpolares provienen de griegos y fenicios, civilizaciones de grandes navegantes que las utilizaban para la orientación marítima.
¿Quieres conocer los fascinantes relatos de la mitología griega que ocultan las constelaciones? Sigue leyendo…
Índice de contenido
Pegaso
El Exilio de Belerofonte
En la antigua mitología griega, Belerofonte, príncipe de Corinto, fue sentenciado al exilio al matar involuntariamente a su hermano Deliades y en uno de sus viajes en el exilio, Preto, rey de Tirinto, le tomó como huésped.
Antea, la esposa de Preto, se enamora de Belerofonte e intenta seducirle y al ser rechazada por este, le culpa de haber intentado abusar de ella por la fuerza.
Preto envía a Belerofonte a ver a Lobates, rey de Licia y padre de Antea, con una carta de recomendación, que es en realidad una carta en la que pide a Lobates que acabe con su vida.
Lobates no quiere matar a Belerofonte y a cambio le impone como castigo matar a la Quimera, la terrible bestia con cabeza de león, cuerpo de cabra y cola de serpiente, que asolaba los campos y mataba al ganado escupiendo fuego por la boca.
La Quimera
Belerofonte descansa en el templo de Atenea, donde pide ayuda a la diosa para capturar a Pegaso, el caballo alado que pertenecía a Poseidón, el dios del mar, los terremotos y las tormentas, y que brotó de la sangre de la Medusa cuando Perseo logró decapitarla.
Atenea le entrega unas bridas de oro, con las que consigue atrapar y domar a Pegaso, mientras bebe de la fuente Pirene en la Acrópolis de Corinto.
Belerofonte, a lomos de Pegaso, vuela hacia Licia para acabar con La Quimera, arrojándola a la boca una lanza con punta de plomo, que se deshace en contacto con su aliento ígneo y se escurre hacia su garganta, dañando órganos vitales y produciéndola la muerte.
A lomos de Pegaso
Lleno de soberbia por esta y muchas otras pruebas a las que le somete Lobates y de las que termina saliendo victorioso, Belerofonte pretende convertirse en un Dios y volando a lomos de Pegaso, pone rumbo al Monte Olimpo para vivir entre los dioses.
Zeus, enojado, envía contra Pegaso un tábano, que le clava su aguijón y provoca que se encabrite. Belerofonte no consigue tranquilizar a Pegaso y pierde el equilibrio, precipitándose al vacío.
Belerofonte logra sobrevivir a la caída, pero queda cojo y ciego y termina condenado a vagar eternamente por la llanura Aleya.
Relámpagos y truenos
Pegaso, sin embargo, sigue volando hacia el cielo y es inmortalizado por Zeus como el portador de sus relámpagos, en la constelación que lleva su nombre.
Ahora, el ruido de los cascos de Pegaso cuando atraviesa el firmamento son los truenos y así es como los griegos explican que truenos y relámpagos vayan siempre juntos en las tormentas.
Acuario
Zeus se enamora de Ganímedes
Acuario se asocia con Ganímedes, príncipe de Troya en la mitología griega, un hermoso joven troyano del que se enamoró Zeus perdidamente y al que raptó disfrazándose de águila (representada por la constelación de El Águila) para llevarlo al Olimpo y servir como copero de los dioses, permaneciendo eternamente joven.
Ganimedes estaba cuidando un rebaño de ovejas cuando Zeus lo vio y se enamoró de él al instante, por lo que envió a su águila para raptarle y llevárselo al monte Olimpo, para ser su amante y el copero de los dioses por toda la eternidad.
Zeus compensó al padre de Ganímedes con una vid de oro, obra de Hefesto, y dos caballos tan veloces que podían correr sobre el agua.
Más tarde Zeus ascendió a Ganimedes al cielo como la constelación de Acuario, que está relacionada con la de El Águila.
La llegada de las lluvias
Desde la más remota antigüedad Acuario está relacionada con el fin de la sequía y la llegada de la temporada de lluvias, de hecho, varias de sus estrellas llevan nombres árabes que hacen alusión a la buena suerte, como Sadalsuud o Sadalmelik.
Capricornio
El Dios Pan
En la mitología griega, simboliza al dios Pan, el dios de los pastores y rebaños, que de cintura para abajo era una cabra y de cintura para arriba era un hombre, aunque con orejas y cuernos de cabra. Pan era también el dios de la fertilidad y de la sexualidad masculina.
Un día Pan estaba celebrando una fiesta a la que asistían muchos de los dioses griegos, cuando apareció Tifón, un gigante con cuerpo de hombre y piernas formadas por víboras que silbaban y atacaban mientras se movía.
Un monstruo llamado Tifón
Para escapar del monstruo Tifón, los dioses se transformaron en animales y huyeron, excepto Pan, que buscando refugio saltó al río en forma de cabra, y allí su mitad inferior, sumergida en el agua, se convirtió en la de un pez, mientras que su mitad superior siguió siendo la de una cabra.
Al ver que Tifón había atrapado a Zeus, Pan salió del río y fue a su rescate. Zeus, agradecido, prometió colocar a Pan en el firmamento como la constelación de Capricornio.
Amaltea, la cabra marina
Según otra leyenda, Capricornio simboliza a Amaltea, una cabra marina a quien Rea confió su hijo Zeus para que lo amamantase y protegiese de la furia de su padre Cronos.
Como recompensa por su buena acción, Zeus colocó a Amaltea entre las estrellas como la constelación de Capricornio y creció para ser el rey de todos los dioses griegos.
Sagitario
Dos sátiros lujuriosos
Sagitario simboliza en mitología griega al mismo tiempo al arquero Croto y al centauro Quirón, ambos músicos, hábiles cazadores y sátiros lujuriosos, con poco respeto por la autoridad y los buenos modales.
Croto, un brillante músico
Croto era un brillante músico y hábil cazador que inventó el arco y que vivía en el monte Helicón en compañía de las Musas.
Mientras escuchaba a las Musas, Croto aplaudía y daba pisotones en el suelo, siguiendo el ritmo de la música, por lo que se le considera el precursor del ritmo musical.
Las Musas pidieron a Zeus que pusiera a Croto entre las constelaciones, complacidas por haberse sentido reconocidas por su talento.
Quirón, un sabio centauro
Quirón era el mayor y más sabio de los Centauros, una tribu de Tesalia de mitad hombres – mitad caballos y tenía fama de ser un gran médico, además de gran cazador.
A diferencia de sus hermanos, Quirón era un hijo inmortal del Titán Cronos y medio hermano de Zeus: Cuando la cita de Cronos con la ninfa Fílira fue interrumpida por Rea, su esposa, Cronos se transformó en un caballo para pasar desapercibido y el resultado fue Quirón, un hijo mitad hombre, mitad caballo.
El viejo Quirón fue herido accidentalmente por Heracles, cuando el héroe estaba luchando contra otros miembros de la tribu. La herida, envenenada con veneno de hidra, era incurable y, sufriendo un dolor insoportable, Quirón renunció voluntariamente a su inmortalidad.
Zeus luego lo colocó entre las estrellas como la constelación de Sagitario.
Escorpio
Orión ofende a Gaia
Orión en la mitología griega era un héroe y gran cazador que salía a cazar junto con Artemisa y Leto. Un día, mientras cazaban en Creta, Orión se jactó de ser capaz de matar a todas las bestias del mundo.
Gaia (la Tierra) ofendida, abrió una enorme grieta en la tierra de la que emergió un escorpión gigante para matar a Orión.
Orión abusa de Artemisa
En otra versión de la leyenda, Orión trató de quebrar el voto de castidad de Artemisa y esta, para defenderse, conjuró al gran escorpión del interior de la tierra, que termina matando a Orión con su picadura mortal.
Orión y el Escorpión fueron luego colocados por Zeus entre las estrellas, como las constelaciones del mismo nombre en honor a su heroísmo.
Orión y Escorpio: dos enemigos irreconciliables
Zeus colocó a los dos oponentes en sitios opuestos del cielo, de tal manera que nunca se viesen al mismo tiempo, y así actualmente cuando una constelación sale (Orión en otoño y Escorpio en primavera), la otra se pone (Escorpio en otoño y Orión en primavera).
Ofiuco
“La alegoría de la inevitabilidad de la muerte y las limitaciones de la medicina o de como las infidelidades se pagan caras”

Una infidelidad imperdonable
Asclepio era el dios de la medicina en la mitología griega, hijo del dios Apolo y la princesa humana Coronis. También era el dios patrón y el ancestro reputado de Asclepiades, el antiguo gremio de médicos.
Cuando Coronis estaba encinta de Apolo, se enamoró del mortal Isquis y Apolo, al enterarse de esto por un cuervo que había puesto para vigilarla, mató a ambos, Coronis e Isquis.
Quirón instruye a Asclepio
Cuando el cuerpo de Coronis iba a ser quemado en la pira, Apolo se apiadó en el último momento y cortó al niño no nacido de su matriz, lo salvó de las llamas y lo entregó a Quirón, quien instruyó al niño en el arte de la caza y en la medicina.
Asclepio se volvió tan hábil en las artes curativas y en el conocimiento de las plantas medicinales que pudo devolver la vida a los muertos.
Hades, furioso, busca venganza
Entonces Hades, el dios del inframundo, suplicó a Zeus que lo matase, temeroso de que ya no hubiese más almas que entrasen en su reino de los muertos, y este lo destruyó con uno de sus rayos fulminantes, para preservar el orden natural de las cosas.
Zeus se venga y Apolo enfurece
Apolo enfureció al saber que Zeus había matado a su hijo Asclepio, y para calmarle, Zeus decide colocar a Asclepio entre las estrellas como la constelación de Ofiuco (el Portador de la Serpiente) y el cuervo sagrado de Apolo como la constelación de El Cuervo.
El Cisne
Zeus, el gran seductor
Según la mitología griega, Leda, esposa del rey Tindáreo y reina de Esparta, fue seducida por Zeus disfrazado de cisne.
Dos huevos, cuatro hijos
Leda puso dos huevos, cada uno con un hijo de Zeus y un hijo de Tindáreo: los gemelos Castor y Pólux en uno, y Helena y Clitemnestra en el otro.
Leda fue una contemporánea de Heracles, que colocó a su esposo Tindáreo en el trono de Esparta.
Argonautas y héroes de Troya
Sus hijos Castor y Pólux se unieron a la expedición de los argonautas y la caza del jabalí de Calidonia, mientras que sus hijas Helena y Clitemnestra fueron las esposas de los héroes de la guerra de Troya.
El Águila
El mensajero de Zeus
Aetos Dios era un águila dorada gigante que servía como mensajero personal y animal de compañía de Zeus en la mitología griega.
Perifás
Según algunos, una vez fue un rey mortal llamado Perifás, cuyo gobierno virtuoso fue tan celebrado que llegó a ser honrado como un dios.
Zeus, enojado, lo habría golpeado con un rayo, pero Apolo intervino y transformó al rey en un águila y lo colocó junto al trono de Zeus.
La guerra de los Titanes
Según otros, Zeus adoptó el águila cuando se le apareció por primera vez antes de la Guerra de los Titanes, como señal de buen augurio.
El águila fue enviada más tarde por Zeus para raptar al hermoso joven Ganímedes y llevarlo al Olimpo, para que se convirtiera en el amante de Zeus y copero de los dioses.
La Lira
El regalo de Apolo
Según la mitología griega, Orfeo era un gran músico y era capaz con su música no solo de calmar a las bestias salvajes, sino incluso de mover árboles y rocas y detener el curso de los ríos.
Según la leyenda, Apolo quedó tan prendado con la música de Orfeo que le regaló la lira que Hermes había fabricado con el caparazón de una tortuga y que es la que se representa en la constelación.
Eurídice y el sátiro
Un día, Sátiro se quedó prendado con la belleza de Eurídice, la ninfa esposa de Orfeo, y trata de atraparla. Intentando escapar, Eurídice pisa un nido de serpientes y es mordida en el tobillo por una de ellas, lo que le causa la muerte.
Orfeo entonces logra convencer a los dioses del inframundo o del reino de los muertos, Hades y Perséfone, para que la dejen volver al mundo de los vivos con él.
Orfeo mira atrás
Ellos acceden con la condición de que Orfeo no mire atrás, pero por temor a que le engañaran y que ella no estuviera detrás de él, Orfeo echa la vista atrás antes de salir completamente del inframundo.
En ese instante se disuelve el espíritu de su amada Eurídice, que aún no había sido bañado completamente por la luz, por lo que Eurídice no tiene más remedio que permanecer entre los muertos del inframundo para la eternidad.
Amor eterno en el inframundo
Cuando Orfeo muere a manos de mujeres tracias, adoradoras de Dionisos, que se sienten despreciadas por él, por fin se reúne con su amada Eurídice en el inframundo y las musas se llevan su lira para colocarla en el firmamento.
Los dos amantes chinos
Para los chinos, la estrella Vega en Lira es una joven enamorada, separada de su amado Altair por un gran río, La Vía Láctea. Sin embargo, el séptimo día del séptimo mes lunar (entre julio y agosto), la Vía Láctea se ve más atenuada debido a las condiciones lumínicas, permitiendo el “reencuentro” entre las dos estrellas, unidas por una especie de puente formado por miles de urracas.
Así, una vez al año los amantes pueden volver a encontrarse, al menos por un breve tiempo. El día de los enamorados en China conmemora este encuentro y se celebra el séptimo día del séptimo mes.
El Boyero
El primer agricultor
El boyero es Filomeleo en la mitología griega, hijo de Deméter y Yasonte, primer agricultor del mundo.
En otra leyenda, el boyero inventó el arado, lo que complació tanto a Ceres, la diosa de la agricultura, que pidió a Júpiter que lo elevara a los cielos en recompensa por su gran invento.
El guardián de la osa
En otra leyenda, el boyero es un guardián de las osas mayor y menor, de hecho, Arcturus significa el guardián de la osa.
El Boyero es el responsable de que las osas mayor y menor den círculos alrededor de la estrella polar. Ambas se conocen por eso como constelaciones circumpolares.
El origen del vino
Otras leyendas dicen que el boyero era Icario, un fervoroso adorador de Dioniso, el cual le había enseñado a hacer vino. Un día invitó a sus amigos pastores a beber su vino y estos se emborracharon tanto, que lo mataron creyendo que Icario los había envenenado.
Su hija Erígone y su perro Mera más tarde encontraron el cadáver de Icario y la pena de Erígone fue tan grande que se ahorcó sobre la tumba de su padre, mientras el perro Mera se murió de pena.
Dioniso entonces se enfureció y castigó a Atenas con una plaga, que no cesó hasta que los atenienses introdujeron ritos en honor a Icario y Erígone.
Finalmente Zeus ascendió a los cielos a Icario y es la figura que hoy en día interpretamos como la constelación de El Boyero.
Osa Mayor y Osa Menor


“De como la virginidad, la seducción, las infidelidades y los celos son una mezcla explosiva”
Zeus, el gran seductor
Calisto era hija del rey Licaón de Arcadia y compañera de caza de la diosa Artemisa. Un día Zeus se enamoró de ella y, para seducirla, adoptó la forma de Artemisa, dejándola embarazada de su hijo Arcas.
Calisto había hecho el juramento de preservar su virginidad mientras permaneciera en compañía de la diosa Artemisa, pero después de haber sido seducida por Zeus, mantuvo el hecho oculto.
La furia de Artemisa
Un día, mientras Calisto se bañaba, Artemisa se apercibió de su condición de embarazada y, furiosa, la transformó en una enorme osa negra.
Según otras leyendas, para evitar que su aventura extramatrimonial llegase a oídos de su celosa esposa Hera, fue el mismo Zeus quien transformó a Calisto en una osa.
La furia de Hera
En otras leyendas, sin embargo, fue Hera la que transformó a Calisto en una osa, como venganza por la infidelidad de su marido Zeus. Sea como fuere, al final Calisto termina irremediablemente convertida en una gran osa.
Zeus se apiada
Pasados los años y siendo Arcas, hijo de Calisto, ya adulto, entró su madre accidentalmente en el santuario de Zeus con su apariencia de osa.
Arcas, sin conocer aún la verdadera identidad de la osa, trató de matarla por el sacrilegio cometido, pero Zeus se apiadó finalmente e intervino transfiriendo a madre e hijo a las estrellas: Calisto como la osa mayor y Arcas como la osa (o el oso) menor.
Cefeo, Casiopea y Andrómeda



“El mito del amor a primera vista o de como la jactancia de la propia belleza no es buena consejera”
Una reina muy presumida
Cefeo y Casiopea eran los reyes de Etiopía y Casiopea presumía de que su belleza, y la de su hija Andrómeda, superaba a la de las Nereidas.
Poseidón enfurece y envía a Ceto
Esto provocó la furia de Poseidón, protector de las Nereidas, que decidió inundar la tierra y enviar a un monstruo marino, el Ceto o la ballena, para que acabase con los hombres y su ganado.
Cefeo sabía por el oráculo de Amón que la única solución para salvar su reino consistía en entregar a su hija Andrómeda al monstruo Ceto, por lo que se vio obligado a encadenarla desnuda a una roca a orillas del mar, como ofrenda al monstruo.
Perseo al rescate, a lomos de Pegaso
Perseo la vio encadenada mientras volaba a lomos de Pegaso y se enamoró de ella, pidiendo a Cefeo y Casiopea la mano de la joven a cambio de acabar con el monstruo.
Los reyes, a regañadientes, aceptaron y Perseo, usando la cabeza de Medusa, acabó con el monstruo, convirtiéndolo en piedra.
Todos se quedan petrificados
Perseo creía que su boda con Andrómeda sería inminente, pero Casiopea había prometido ya a su hija con el príncipe Fineo, tío de la joven, por lo que Perseo tuvo que luchar contra él y todo su séquito, utilizando nuevamente la cabeza de Medusa, convirtiendo a todos en piedra, Cefeo y Casiopea incluidos.
Poseidón se apiada y termina colocando a Cefeo y Casiopea en el firmamento.
Hércules
Hera busca venganza
Hércules en la mitología romana, Heracles en la mitología griega, era hijo de Zeus y la mortal Alcmene. Hera, celosa de la infidelidad de su marido con Alcmene, ideó un plan para acabar con la vida de Heracles.
Hera envió dos serpientes para que matasen al bebé Heracles en su propia cuna, pero Heracles las estranguló cada una con una mano, en un alarde de gran fuerza.
Según iba creciendo, Heracles se iba haciendo cada vez más fuerte, hasta que se convirtió en el hombre más fuerte del mundo.
Euristeo, rey de Micenas
Hera entonces lanzó un hechizo a Heracles que le hizo enloquecer y matar a sus propios hijos.
Como arrepentimiento por este luctuoso hecho, el Oráculo de Delfos le ordena ponerse al servicio de Euristeo, rey de Micenas, que es precisamente el hombre que había usurpado su derecho al trono.
Euristeo le encarga entonces diez trabajos a Heracles, que luego amplía a doce, los famosos doce trabajos de Heracles, antes de que pueda ganarse su libertad. Estos doce trabajos se comparan con el paso del sol por los doce signos del zodíaco.
Heracles finalmente fue envenenado por Deyanira, al colocarle una túnica impregnada con la sangre del centauro Neso, que resultó ser un veneno mortal.
Su cuerpo fue llevado al Olimpo de los dioses, desde donde fue colocado por Zeus en el firmamento.
Los doce trabajos de Hércules
Los famosos doce trabajos de Hércules/Heracles:
- Matar al león de Nemea.
- Matar a la hidra de Lerna.
- Capturar a la cierva de Cerinea.
- Capturar vivo al jabalí de Erimanto
- Expulsar a las aves del Estínfalo.
- Domar al toro de Creta.
- Limpiar los establos de Augías.
- Robar las yeguas de Diomedes.
- Robar el cinturón de Hipólita.
- Robar el ganado de Gerión.
- Robar las manzanas doradas del jardín de las Hespérides.
- Capturar a Cerbero, el perro de Hades.
Como veis, las constelaciones están llenas de mitos y leyendas, y nos permiten entender cómo pensaban y vivían en la antigüedad, mientras disfrutamos de una magnífica noche estrellada.
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