
23 Oct Webb detecta una corriente en chorro en Júpiter
Investigadores han descubierto una corriente en chorro de alta velocidad situada sobre el ecuador de Júpiter, por encima de las principales capas de nubes. El descubrimiento ha sido posible gracias a la NIRCam (cámara de infrarrojo cercano) del telescopio espacial James Webb de NASA/ESA/CSA.
El descubrimiento de esta corriente en chorro está ofreciendo información sobre cómo interactúan entre sí las capas de la famosa atmósfera turbulenta de Júpiter, y cómo Webb es el único telescopio capaz de rastrear estos patrones en la atmosfera Joviana.
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Webb proporciona nuevos hallazgos
«Esto es algo que nos sorprendió totalmente», dijo Ricardo Hueso de la Universidad del País Vasco en Bilbao, España, autor principal del artículo que describe los hallazgos. «Lo que siempre hemos visto como neblinas borrosas en la atmósfera de Júpiter ahora aparece como patrones nítidos que podemos rastrear junto con la rápida rotación del planeta».
El equipo de investigación analizó datos de la NIRCam (cámara de infrarrojo cercano) de Webb capturados en julio de 2022. El programa «Early Release Science» fue diseñado para tomar imágenes de Júpiter con 10 horas de diferencia, o un día de Júpiter, en cuatro filtros diferentes, cada uno de ellos capaz de detectar cambios en pequeñas características atmosféricas a diferentes altitudes de la atmósfera joviana.

Una sensibilidad sin precedentes
«Aunque varios telescopios terrestres y otros espaciales, como Juno y Cassini y el telescopio espacial Hubble, han observado los patrones climáticos cambiantes del sistema joviano, Webb ya ha proporcionado nuevos hallazgos sobre los anillos, los satélites y la atmósfera de Júpiter», señaló de Pater.
Si bien Júpiter es diferente de la Tierra en muchos aspectos (Júpiter es un gigante gaseoso, la Tierra es un mundo rocoso y templado), ambos planetas tienen atmósferas estratificadas (en forma de capas).
Por eso, para detectar las capas inferiores y más profundas de la atmósfera del planeta, donde residen tormentas gigantes y nubes de hielo de amoníaco, otras misiones han empleado longitudes de onda de luz infrarroja, visible, de radio y ultravioleta.
En este sentido, el telescopio Webb, con su sensibilidad sin precedentes en el infrarrojo cercano, puede detectar las capas de mayor altitud de la atmósfera, a unos 25 – 50 kilómetros por encima de la capa superior de nubes de Júpiter.
En las imágenes del infrarrojo cercano, las neblinas a gran altitud suelen aparecer borrosas, con un brillo mayor en la región ecuatorial. Webb, sin embargo, es capaz de resolver los detalles más finos dentro de la brillante y brumosa banda ecuatorial.
Los vientos de Júpiter
La corriente en chorro recién descubierta viaja a aproximadamente 515 kilómetros por hora, el doble que los vientos generados por un huracán de categoría 5 en la Tierra.
Se encuentra a unos 40 kilómetros por encima de las nubes, en la estratosfera inferior de Júpiter y tiene una anchura de más de 4.800 kilómetros.

Al comparar los vientos observados por Webb a gran altura, con los vientos observados por el Hubble en capas más profundas, el equipo pudo medir la rapidez a la que cambian los vientos con la altitud y generan cizalladuras.
Hubble complementa a Webb
Si bien la exquisita resolución y cobertura de longitudes de onda de Webb permitieron la detección de pequeños patrones de nubes, utilizados para rastrear la corriente en chorro, las observaciones complementarias del Hubble, tomadas un día después de las observaciones de Webb, también fueron cruciales.
Gracias a estas observaciones complementarias del Hubble, se pudo determinar el estado base de la atmósfera ecuatorial de Júpiter y observar el desarrollo de tormentas convectivas en el ecuador no relacionadas con el chorro.
«Sabíamos que las diferentes longitudes de onda de Webb y Hubble revelarían la estructura tridimensional de las nubes de tormenta, pero también pudimos emplear la cronología de los datos para ver con qué rapidez se desarrollan las tormentas», añadió el miembro del equipo Michael Wong de la Universidad de California, Berkeley, quien dirigió las observaciones asociadas del Hubble.
Los investigadores esperan observaciones adicionales de Júpiter con Webb para determinar si la velocidad y altitud del jet cambian con el tiempo.
Un patrón complicado pero repetible
«Júpiter tiene un patrón de vientos y temperaturas en su estratosfera ecuatorial complicado, pero repetible, muy por encima de los vientos en las nubes y las brumas medidas en estas longitudes de onda», explicó Leigh Fletcher, miembro del equipo de la Universidad de Leicester en el Reino Unido.

«Si la fuerza de esta nueva corriente en chorro está relacionada con este patrón estratosférico oscilante, podríamos esperar que el chorro variase considerablemente en los próximos 2 a 4 años. Será realmente emocionante probar esta teoría en los próximos años».
«Me sorprende que, después de años de rastrear las nubes y los vientos de Júpiter desde numerosos observatorios, todavía tengamos que aprender más sobre Júpiter, y que patrones atmosféricos, como este chorro, hayan podido permanecer ocultos a la vista hasta que se tomaron estas nuevas imágenes con la cámara NIRCam de Webb en 2022», continuó Fletcher.
Fuente: NASA’s Webb Discovers New Feature in Jupiter’s Atmosphere
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